30 mayo 2017

Capitulo I: Loja, en la sierra meridional, lo más al Sur




Nuestro viaje, comienza en realidad, al final de todo. Paradoja
Pero me es más fácil para mi, contar las cosas del revés. 







No sabemos porque extraña razón, pero acabamos empezando por el muy Sur. Unas cuanta horas (7 mas 7) desde el Puyo, pasando por Macas, por Gualaquiza, con destino final  Loja. Subiendo y bajando cerros con barbaridad de vegetación. Sintiendo el fresco, que no se sentía en el Oriente.






Cuando llegamos a Loja, nos damos cuenta lo distinto que es al Puyo. 

Es una ciudad bonita, y bastante limpia. La gente parece amable, te mira con sonrisa, y apenas hay ultraborrachxs de lxs que están por los suelos, las calles huelen a café bien rico. mmm todavía huelo ese café. Demasiado tráfico a mi gusto. Algún bar con pintas de nido de músicxs y musica en directo bonita, (aunque llegamos entre semana y nadie tocaba). La policía da miedo, parece que estamos en estado de sitio, todxs vestidxs de militronchos y mucha. 

No sabíamos muy bien, porqué habíamos acabado en Loja, pero después de la paliza del viaje intentamos visitar lo máximo que podemos. 

Damos vueltas por la ciudad.

































































Decidimos ir a visitar el Parque Nacional Podocarpus, tiene buena pinta. Madrugamos, pero no tenemos suerte,está lloviendo. Aun así vamos, que si dependemos de que no llueva, no vamos a poder visitar nada en el Ecuador.

Podocarpus significa romerillos, y porque hay muchos de estos es que se llama así. También hay osos de anteojos, pero están casi extintos.
La verdad, que los bosques sin ser de sierra absoluta todavía, anda en una mezcla con la vegetación del oriente, bosques nublados creo que se llaman. Son distintos ecosistemas, que es lo que buscamos. Conocer cosas nuevas.

Para ir al parque, tomamos un autobús en una gasolinera, luego se ingresa por la puerta, tuvimos suerte porque estaban los forestales, y nos subieron en su vehículo (nos ahorramos 8 km de pista) que suele ser un culamen.
Arriba, llovía mucho, y para colmo le rompí sin querer un dedo a uno de los forestales, (que mal, cuanto lo sigo sintiendo). Esperamos un poquito a ver si calmaba la lluvia, pero al final nos decidimos a pasear un poco por el bosque, y aunque sea, subir al primer mirador.

Precioso todo el bosque, aunque sin vistas a las nadas, y estaba bien porque era para nosotras solas. 




















































































































































































































Y así es Loja, pondremos rumbo a Cuenca. Y nos acordaremos de ese café tannnn rico.






LOJA, ECUADOR
2 y 3 de Mayo de 2017

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Meçi