Capítulo VII.2: EL CHALTEN - Loma del pliegue tumbado y lluvia

DÍA 4: Loma del pliegue tumbado


El cuarto día por el chaltén, decido salir ya a caminar, puesto que el tiempo ha mejorado, (sin emocionarse), y la muela me ha dado un poquito de tregua. Decido salir hacia la loma del pliegue tumbado, ya que me han dicho que si tengo suerte y hay visibilidad, desde aquí se ve todo el cordón de montañas.
El camino es muy fácil, aunque en los mapas te lo reseñan con dificultad, no cuesta tanto tiempo como dice, y la ascensión a la cima es como nuestras pedreras pirenaicas, no hace falta ni apoyar las manos.

La verdad que en mi estancia por el chalten, lo que yo más quería era poder ver Cerro Torre. El Torre está al ladico del campo de hielo sur. Y es una montaña en autenticas mayúsculas. Si su esbelta figura granítica impresiona, su hongo de hielo en la cúspide la remata.  Es considerada como una montaña muy difícil, quizá por el clima patagónico sumado a todo lo que conlleva escalarla.
Siempre me han encantado las historias sobre ella, la de veces que habré visto "Grito de piedra" una peli muy viejuna dedicada a ésta montaña. 
Pues aunque en éste día era muy bueno para verla, no pude; y es cierto las vistas son exquisitas, y la aguja bífida la única que ví tiene una pinta increíble, no es el torre.
Lo intenté, estuve esperando en la cima y en el mirador unas 3 horas soñando que se abrían las nubes hasta que decidi volver.
Al final de la jornada al menos pude ver el Fitz Roy completo, su tapia también impresiona, y también había leído mucho sobre ella, en los capítulos patagónicos del libro de Terray. Son preciosas estas cumbres. 

Atravesando el bosque

No me extraña que pensaran que era un volcán 

Allí que subiré

Subiendo a cima por la pedriza, ya se ve la laguna torre, y la agujica bífida

Este, el cerro solo, también se ha dejado ver bastante. Yo le llamaré zapatilla, porque me la recuerda aunque no tenga un glaciar tan guapo.

No se que flores eran éstas, pero eran bien majas y curiosas 

Desde las alturas se podía ver el lago Viedma

Y la Laguna y el glaciar del Torre

Casi, casi. Ya se intuye el Fitz roy

Esperando en el mirador

Bueno, al menos, una la he conseguido ver, paredeca la del Fitz Roy que hace que Poicenot parezca chiquito, y para nada.

El Chalten desde las alturas

A la bajada me pasé por el centro de interpretación a preguntar sobre el paso del viento, que se que había que inscribirse, y quería hacer esa ruta. Y estuve dando vueltas por el museo de cosas curiosas.

Me dijeron que el paso de la tirolina no se podía vadear; así que como no me apetecía alquilar equipo, y ya casi no subía gente a caminar, ya que la temporada estaba acabando, quizá en el paso ya había nevado, y no pude conocer a nadie que me quisiera acompañar hasta allí y pasaba de ir sola, decidí dejar esa actividad en mis pendientes.

Yo no vi ni huemules, ni rastros la verdad, y mira que me fijo bien en rastrear....

Historietas de montañas, y reseñas en el museo.... ME ENCANTA

Este asegurador da bastantante miedorrrr

Y para terminar la jornada, un heladito que me había recomendado Mateo, y la última mudanza de el chalten. Rumbo a el camping el refugio. 
Como la temporada estaba acabando y la gente movía ya, rumbo a zonas de más calor, en el camping había sitios buenos para plantar la carpa, más o menos protegida del viento.

El cambio al camping, hizo que me sintiera mucho mejor, aquí ya podía hablar con gente. Lxs chicxs, la mayoría llevaban toda la temporada en éste sitio. O trabajaban, o escalaban, o algunxs como yo que habían venido a caminar. 
Pero todo era, como una familia. Con sus asados, por la noche. Los guisos, los desayunos... El compartir el tiempo, el compartir sin más, el compartir historias, ya fueran de las rutas que habíamos andado cada unx, los curros, los lugares que cada unx había visitado,  o lxs que hablaban de regletas, fisuras (y lo típico); yo casi no había oído ese tipo de conversaciones hacía tiempo, y he de reconocer que me molaba escucharlas.

Los días siguientes empezaron a ser muy malos, y muchos de ellos, tocaba quedarse refugiada en el camping alrededor de la estufa de leña, hablando. O dentro de la carpa tumbada, pensando, dibujando, escribiendo...


En ocasiones pensaba que para un sitio así o para algunas situaciones, molaría no estar viajando sola. También pensaba en el concepto EL TIEMPO, ese gran desconocido que poco valoramos, y debería ser lo único en lo que invertir. Pensaba muchas veces que mi tiempo no estaba pasando ni lento, ni rápido, que simplemente estaba pasando.


No podía pensar en lo que quería hacer cuando volviera a casa, no podía dejar de pensar en lo bueno que es ser nómada, y me preguntaba porqué nos enseñan desde pequeñxs, que lo bueno y válido es encontrarse anclado en un sitio, trabajar para mantenerlo y crear "una familia tradicional". 
No lo entendía porque  yo me encontraba muy feliz, moviéndome y descubriendo, y creándome mis propias familias; a mi modo de entender las cosas, tan validas como las tradicionales, menos egoístas en sí mismas e igual de importantes, y mucho mucho más heterogéneas.  
No lo entendía, y nunca hasta ese viaje lo había experimentado. 
¿Era una rallada de los días de vientos y lluvia?. No se, pero era recurrente el reflexionarlo.  
El pensar: yo quiero ser así de feliz, sin preocuparme en que a mucha gente lo que le preocupa es ver si conoces a tu "familia tradicional". Sin preocuparme de ello, porque capaz yo no lo quiera para mi, y me tiene que dar exactamente igual lo que la gente quiera para mi. Debo ser yo la que elijo.
Bua, que rallada, para cuánto da; ni me se explicar, solo se, lo que siento de mi propia experiencia.  


Cambiando, y dejando las desviaciones mentales: Un saludo muy gordo, para toda mi familia de el Chalten, a cada unx de vosotrxs, espero que esteis bien. Muchas gracias




 CONTINUARÁ....

El Chalten, Argentina
Loma del pliegue Tumbado

6, 7 y 8 de Marzo de 2015